Los/las
alumnos/as que asisten a las E.E.M.P.A presentan
edades que oscilan entre los 18 y los 50 años o más. Nuestra E.E.M.P.A. se compone de
jóvenes y adultos/as que no completaron sus estudios en el sistema de educación
común; personas que buscan alfabetización y/o formación básica; personas que,
formadas en oficios, requieren adecuaciones pertinentes a su medio
sociocultural y necesidades laborales; grupos que, o bien han abandonado la
escuela tempranamente pero poseen la edad para permanecer en ella, o bien
permanecen en la escuela, y se encuentran en situación de riesgo educativo.
La
escuela sede y sus anexos albergan alrededor de 800 alumnos. Dentro de la gran
diversidad de alumnos/as encontramos personas que están insertas en actividades
laborales, que poseen hábitos y actitudes generados por su experiencia concreta
que les facilita la integración; y personas (sobre todo las más jóvenes) que no
han podido organizar su vida a través del trabajo, con mayor dificultad para
desarrollar hábitos y actitudes.
Asimismo, encontramos personas que deciden
saldar una deuda que tienen consigo mismas, y lo hacen desde una situación de
extrema dureza, lo que las ha templado y permitido salir airosas en condiciones
de carencias graves, desde el punto de vista material, afectivo y espiritual.
Deciden escolarizarse movidos por el deseo de conseguir empleo o de mejorarlo,
de aumentar habilidades y capacidades para un mejor desempeño en la vida de
relación, de mejorar el nivel económico mediante la obtención de un certificado
o diploma y el deseo de desarrollar un sentimiento de realización, satisfacción
y dignidad personal.
La
coexistencia de destinatarios/as de grupos de edades, necesidades e intereses
diversos exige respuestas diversas. Las propuestas educativas para jóvenes y
adultos/as, las estrategias utilizadas, y los recursos educativos empleados
deben considerar, entonces, respuestas específicas y focalizadas para cada
sector: jóvenes y adultos/as; personas que pueden concurrir todos los días a
clase y personas que no pueden hacerlo; personas que trabajan en horarios fijos
y las que lo hacen en horarios rotativos; personas con capacidades comunes y
personas con capacidades diferentes; personas que concurren voluntariamente y
las que usufructúan algún programa social.